Tras un año de espera llegan las vacaciones de verano, y no son pocos los que vamos a disfrutar de un merecido descanso. Para que no haya sorpresas durante este periodo es conveniente ser previsor en todos los aspectos y anticiparse a todos los problemas que puedan surgir.
Uno de los dispositivos que más usaremos será el coche y conviene saber que elementos tenemos que revisar para que no surjan imprevistos y las vacaciones consistan únicamente en disfrutar.
Los puntos principales a revisar son aquellos elementos que puedan sufrir algún fallo por el deterioro o el desgaste:
Frenos:Control del desgaste de los discos y pastillas (o tambores, zapatas y su aproximación) y tensión del freno de mano.
Iluminación: Revisión del correcto funcionamiento de todas las luces del vehículo y su reglaje.
Neumáticos:Posible desgaste, daños y presión. Es importante mirar toda la banda de rodadura porque el desgaste puede estar sólo en la parte interior del neumático si la alineación no es correcta.
Escobillas del limpiaparabrisas: Control de su estado. Comprueba que realizan el barrido correctamente, sin dar saltos, hacer ruido o dejar surcos de agua. Nunca sabemos cuándo nos puede sorprender la lluvia.
Niveles: Líquido refrigerante, aceite del motor, líquido de la dirección asistida, líquido de frenos, líquido del limpiaparabrisas, nivel de batería (si procede).
Batería: Control de carga y de su correcto estado (pérdidas de líquido, bornes sulfatados, bornes sueltos, etc.).
Pérdidas de aceite y fluidos:Control visual. Los coches sufren las altas temperaturas del verano y si no viajamos con el coche a punto podemos encontrarnos con una avería en plenas vacaciones.
Tubo de escape:Control visual de posibles fugas por deterioro o golpes.
Además de este control, es necesario realizar una revisión del equipamiento que debemos llevar en el coche tales como: los chalecos reflectantes, los triángulos de emergencia, el gato, la rueda de repuesto o, en su defecto, el kit antipinchazos.