¿Cómo se calcula el valor real de un coche clásico?
Los coches clásicos se han convertido en una inversión, sobre todo para las grandes fortunas. Los hay que compran clásicos por nostalgia, porque regresan a los momentos en los que iban a la playa a bordo de estos vehículos con sus abuelos y el coche los transporta a esos momentos; otros los buscan por pasión por la Historia.
Los coches clásicos más antiguos no son necesariamente los más valorados. Por el contrario, los más buscados suelen ser los vehículos de competición de los años 50. Dentro de esta categoría se valoran sus componentes, el estado de conservación y el "pedigrí" del coche. Que haya competido o ganado carreras como Le Mans, por ejemplo, convierte a ese clásico en una joya histórica.
Actualmente también se persigue la autenticidad, en concreto en los clásicos más caros se valora la autenticidad mecánica. Esto se debe a que algunos coches fueron modificados por sus propietarios en algún momento, les aplicaban aletas más anchas o neumáticos más guesos de manera que encontrar un coche antiguo tal y como salió de la fábrica no siempre es sencillo, ni por supuesto barato.
Los grandes fabricantes han visto en esta situación una oportunidad de negocio, ya que crean piezas originales a precio de oro para todos aquellos que se han comprado un coche clásico de segunda mano y quieren devolverlos a su estado original.
En el caso de los coches más elegantes, que no se destinaron a la competición, su valor se cuantifica -en parte- en función del nombre de sus antiguos propietarios. Ocurre mucho por ejemplo, con firmas como Rolls Royce.
Hoy en día las grandes marcas se esfuerzan por valorar su historia. Existen coches chinos, coreanos, japoneses muy buenos desde el punto de vista mecánico, pero no tienen historia. Los fabricantes de coches de lujo tradicionales se diferencian precisamente en eso, en la huella de su pasado en la de la industria.
El coche clásico que se ha vendido por una mayor cuantía es el Ferrari 250 GTO de 1963. Solo se fabricaron 39 unidades entre el año 1962 y 1964. Ha pasado por diferentes manos: suizas, españolas, francesas y alemanas. Actualmente continúa aparcado en territorio germano, pertenece a la colección privada de un multimillonario con un astronómico precio de 62,7 millones de euros.
Otro que destaca por su cuantía es el Bugatti Type 57 SC Atlantic vendido por 42 millones de euros. Se fabricaron solo cuatro unidades entre los años 1936 y 1938. Su carrocería es de carrocería es de aluminio y un motor de ocho cilindros con 3,3 L y 200 CV, puede superar los 190 km/h.