Y que tanto preocupan a la DGT
Los denominados coches "zombies", que son aquellos dados de baja temporal y cuyo paradero es incierto. Cada año se dan de baja en España un total de 700.000 vehículos, pero en los últimos años las bajas temporales se han incrementado de manera importante, pasando a suponer la mitad del total de bajas, frente al 5 % que suponían en el año 2004. Y esto preocupa a la DGT sobre todo porque sospenchan que muchos de ellos podrían seguir en circulación.
Un fuerte incremento que ha despertado la suspicacia de las autoridades, que enviarán a partir de octubre una carta informativa a los propietarios avisando de que su vehículo no ha sido realmente descontaminado y dado de baja de la circulación.
La baja temporal facilita, por ejemplo, que quién no prevea usar su vehículo durante un largo período de tiempo se evite pagar el impuesto de circulación, el seguro o pasar la ITV. Y es tan sencillo como rellenar un impreso oficial y pagar una tasa de 8,40 euros. Un trámite que puede realizar el propietario o cualquier persona en su nombre, aportando su DNI y una autorización.
La baja de un vehículo se puede solicitar por tres razones principales: por motivos personales (no se va a utilizar el coche, por ejemplo), por haber entregado el vehículo a un compraventa o por sustracción del mismo (en la mayoría de ocasiones se hace de manera automática al presentar la denuncia).
Como decíamos, la DGT contempla la posibilidad de que muchas de estas bajas temporales amparen transacciones fraudulentas o al margen de la legalidad, ya que los vehículos podrían seguir en circulación, podrían estar siendo exportados a otros países o bien sus piezas podrían estar siendo revendidas y reutilizadas.
En muchas ocasiones los propietarios se desprenden de sus vehículos confiando en que la baja definitiva la tramite un tercero, pero algunos de estos centros irregulares podrían desguazar el vehículo sin atenerse a la normativa europea de descontaminación de vehículos para la reventa de piezas en el mercado negro, por ejemplo.
Y es que cuando se tramita la baja definitiva de un vehículo, que supone la retirada definitiva del mismo de la circulación, han de ser achatarrados y descontaminados por un CAT o Centro Autorizado de Tratamiento. En caso de no ser así, pueden seguir de baja temporal y por tanto se pierde su rastro, por lo que podrían acabar en mercados de otros países, ya sea enteros o por piezas, e incluso en la calle.