Londres comienza desde este lunes a cobrar un peaje a los coches más contaminantes que circulen por el centro
Los conductores de los automóviles más antiguos y que más contaminen deberán pagar desde este lunes 12,5 libras (14,5 euros) si quieren circular por el centro de la capital las 24 horas del día. Con esta medida, se pretende reducir el número de vehículos en la ciudad y estima que aproximadamente 40.000 coches se verán afectados a diario.
El área seleccionada para la definición de una Zona de Emisiones Ultra Bajas (ULEZ) es inicialmente la misma que la Zona de Tasa por Congestión (CCZ), creada en 2003. Incluye distritos del centro de la ciudad, desde Mayfair a la City.
Las autoridades municipales esperan que la iniciativa reduzca las emisiones del tráfico rodado en un 45%, ya que esta tasa se suma a la Tasa de Congestión que ya tienen que pagar los vehículos contaminantes por entrar en el centro de Londres entre las 7.00 y las 18.00 horas. En total en ese horario un vehículo paga 24 libras (27,9 euros).
Las tasas se pagan mediante un sistema de reconocimiento de matrículas conectado a la base de datos de la Agencia de Licencias para Conductores y Vehículos (DVLA, por sus siglas en inglés), que incluye el tipo de emisiones de cada vehículo.
Además de por motivos medioambientales, también son relevantes los motivos sanitarios. Se estima que casi 1.000 personas son hospitalizadas al año en la ciudad por asma causado por la contaminación. Además, más de dos millones de personas —incluidos 400.000 niños— viven en zonas en las que la calidad del aire incumple la normativa sobre límites de dióxido de nitrógeno. Por ello, la intención es ampliar la medida a todas las áreas que quedan dentro de las carreteras de circunvalación norte y sur en octubre de 2021.
Realmente los datos en Londres y Reino Unido con respecto a la polución son alarmantes. En todo el país se calcula que unas 40.000 personas mueren al año de forma prematura por la contaminación y solo en la capital británica las últimas cifras hablan de hasta 9.000 fallecidos por este motivo.
Como era de esperar, la decisión del alcalde ha provocado un debate económico e ideológico en el que se cruzan intereses empresariales ocultos y preocupaciones reales sobre la justicia de la medida. Son muchas las preocupaciones expresada sobre todo por pequeños comercios. "No nos afecta solo a nosotros, afecta a todo el sector. A todo aquel que sea propietario de una furgoneta o un camión pequeño y viva de ellos. Nuestros negocios son pequeños, y nuestros márgenes muy estrechos. Y vamos a tener que dejar de trabajar porque no podremos permitirnos las reparaciones necesarias o la compra de un nuevo vehículo", se quejaba a la BBC Jim Parker, director de una compañía, Boley, especializada en la recuperación y transporte de vehículos averiados.
No obstante, la medida también ha recibido buenas críticas como la de Sandra Green, la portavoz de la organización Clean Air Parents Network (Red de Padres por un Aire Limpio): "La contaminación del aire que provoca el tráfico, y que provocan los vehículos individuales, está causando ya serios problemas de salud a las nuevas generaciones. Ya era hora de que hiciéramos algo", ha dicho. Según las últimas estadísticas, casi 3 de 4 londinenses aprueban este tipo de tasas para reducir la contaminación
¿A qué vehículos afectará?
La medida afecta a los vehículos diésel que tengan más de cuatro años vida o a los de gasolina con más de 13 años. Solo se librarán de la tasa los famosos taxis negros de la ciudad y aquellos automóviles que hayan superado estrictas pruebas de emisión o respondan, por sus ocupantes, a excepciones contempladas en la ley, como el periodo de gracia de tres años concedido a los residentes, los autos para uso de discapacitados o los coches registrados con la categoría de históricos. Aquellos que incumplan la restricción se verán expuestos a una multa de unos 160 libras, unos 185 euros.
En un primer impacto, se calcula en 40.000 el número de vehículos que se verán afectados por la restricción. Una vez que la medida se extienda por toda la ciudad, la medida alcanzará a cerca de 100.000 coches, 35.000 furgonetas y 3.000 camiones, según cifras estimadas por las autoridades londinenses.