La iluminación es uno de los elementos de seguridad más importantes de nuestro vehículo. Debemos revisar periódicamente los faros para asegurarnos de que están correctamente reglados y así poder ver con claridad la carretera y también ser visto por los demás conductores.
La intensa exposición al Sol y el calor de las lamparas deteriora los faros haciendo que su aspecto transparente se convierta en opaco y amarillento. Por consiguiente, la iluminación de los faros delanteros es insuficiente y son menos eficaces a la hora de alumbrar la calzada sobre todo durante la noche.
Este problema no es solo estético también repercute a la seguridad vial del vehículo al no ver bien y al no ser vistos bien.
Si durante algún momento de la conducción notamos falta de visibilidad, se debe revisar el reglaje de los faros, y así poder conducir más seguros y facilitando la conducción al resto de conductores.